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El siguiente paso del internet de las cosas, son las nanocosas

8 de  septiembre de 2016

Fuente: Tecnológico de Monterrey

Joaquín Oseguera, profesor del departamento de Mecatrónica del Tecnológico de Monterrey, en Estado de México, explica que la nanotecnología que existe desde hace varios años está evolucionando hacia la nueva tendencia denominada ‘El internet de las nanocosas” con estructuras que podrían alterar algunos estados físicos, de conductividad u otras posibilidades que no existían. El gran reto para nuestro país está en contar con los profesionales preparados, y el presupuesto e inversión que se requiere para la investigación y el desarrollo.

TEC DE MONTERREY | AGENCIA INFORMATIVA*

Gracias a la nanotecnología y una tendencia de la que se está hablando cada vez más llamada el “Internet de las Nanocosas”, dentro de algunos años será común que los doctores inyecten a la corriente sanguínea un aparato de la millonésima parte de un milímetro que podrá detectar el lugar donde está tapada una artería debido al colesterol.

Los expertos del Foro Económico Mundial fueron los primeros en prever esta nueva tendencia en su reporte El Top 10 de las Tecnologías Emergentes de 2016. Se trata de la capacidad de crear sensores que puedan transmitir información, cuyo tamaño sea a escala nano, es decir, una millonésima parte de un milímetro y sólo puede ser visto por microscopio.

Esta tendencia es la evolución del Internet de las cosas, que surgió al dotar a cualquier objeto de la capacidad de conectarse a la red; su repercusión ha sido tal que para el año 2020 existirían más de 30 mil millones de productos con acceso a internet.

Joaquín Oseguera, profesor del departamento de Mecatrónica del Tecnológico de Monterrey, en Estado de México, explica que la nanotecnología existe desde hace varios años y que se ha enfocado en campos como la química, la electrónica o la medicina porque al tenerse estructuras de ese tamaño se podían alterar algunos estados físicos, de conductividad u otras posibilidades que no existían.

“Actualmente la industria se está involucrando en la fabricación de sensores en escala nano, como los llamados piezoeléctricos que tienen muchas aplicaciones en el campo de la medicina o hasta para la detección de elementos como drogas”, explicó en entrevista con el periódico Excélsior.

De acuerdo a Oseguera, hay muchas expectativas puestas en este tipo de sensores porque, haciendo uso de la infraestructura de tecnologías de información, podrían transmitir datos de manera casi inmediata y así, tomar decisiones que ayuden desde una persona hasta toda una industria en una gama casi infinita de áreas.

Por ejemplo, se habla de detectar señales moleculares de enfermedades en la sangre, gases venenosos en el aire o hasta rastrear contaminantes en los alimentos.

Nuevas tecnologías, nuevos retos

El Internet de las Nanocosas es un camino que no está exento de problemas a sortear. Uno de ellos es la batería de estos sensores ya que es muy complejo hacerlas en dimensiones nanométricas; y otro, es el de la ciberseguridad.

De acuerdo con Dmitry Bestuzhev, director del Equipo de Investigación y Análisis para Kaspersky Lab América Latina, estos sensores de tamaño nano transfieren la información utilizando una radiofrecuencia que pocas computadoras tradicionales pueden interceptar.

“Sin embargo, en plataformas como eBay se pueden comprar los dispositivos para escuchar esa radiofrecuencia”, advierte.

El experto no descarta que una persona pueda interceptar la información de los nanosensores que miden o reducen el colesterol del individuo sentado a su lado en una banca y mandar nuevos datos para que deje de hacerlo o causar otro problema de salud.

Su recomendación es que, desde ahora se comiencen a diseñar protocolos para el uso de los nanosensores o, bien, en una autenticación más fuerte. Sobre todo tomando en cuenta que el negocio derivado del Internet de las Nanocosas estará entre las empresas y no tanto con el consumidor final.

Una oportunidad para México

Por su parte, Joaquín Oseguera considera que México podría tener una gran oportunidad de negocio tanto en la nanotecnología como en esta nueva corriente del Internet de las nanocosas, ya que cuenta con una población grande y con capacidades tecnológicas.

El gran reto para nuestro país, está en contar con los profesionales preparados para el desarrollo de esta tecnología, y también con en el presupuesto e inversión que se requiere para la investigación y el desarrollo.

“Debería haber una política pública orientada a satisfacer estos cambios tecnológicos que implican recursos en investigación y desarrollo, así como también cambios en los programas de estudio”, recomienda.

Y es que para hacer crecer a la industria de la nanotecnología se requieren laboratorios especializados, equipos de alto nivel y profesionistas con las competencias para usarlos no solo en la fase de investigación, sino en la de producción. De ahí que hasta ahora sean países como Estados Unidos, Japón, Suecia o Francia los que llevan la delantera en esta industria.

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*Con información de Excelsior

AURA HERÁNDEZ