Si la igualdad que promete la democracia se limita a las leyes o a las urnas resulta del todo insuficiente para asegurar y extender la justicia social. Por eso, el desarrollo entendido como creación y expansión de derechos, los derechos asumidos como justicia y libertad, y la política entendida como acción y compromiso permanente con el código democrático son las coordenadas imprescindibles para construir una nueva agenda y una macroeconomía reformada para el desarrollo y la igualdad.
Rolando Cordera